Redes Sociales
Posted by Mindundi | Posted in | Posted on 4:36
Las Redes son formas de interacción social, definida como un intercambio dinámico entre personas, grupos e instituciones en contextos de complejidad. Un sistema abierto y en construcción permanente que involucra a conjuntos que se identifican en las mismas necesidades y problemáticas y que se organizan para potenciar sus recursos. La definición más simple para una red social es un grupo de amigos. Todos tenemos grupos de amigos diferentes. Las personas que conocemos haciendo negocios, o en el equipo de fútbol, o en la escuela.
Ventajas e incovenientes.
Un buen amigo me consulta sobre el uso de las redes sociales —Hi5, Facebook, Tuenti, MySpace y otros— en Internet. Le comento que es claro que pueden ayudar a estar mejor comunicados y difundir noticias, opinión, iniciativas de solidaridad, etcétera. Pero nos será preciso a todos la prudencia, para no convertir las modernas oportunidades en esclavitudes.
Ya comprobamos en las diversas circunstancias de la vida que el hecho de tener información no es suficiente, interesa saber administrarla de forma adecuada y no sólo para el propio provecho, si es que buscamos el bien común y el progreso real de este mundo nuestro. El caso es que las redes sociales permiten a los usuarios fijar límites para que sólo ciertas personas puedan ver sus páginas, pero pocas veces se usan. Tan es así que muchos admiten haber caído en cierto exhibicionismo pues no tenían ni idea de que sus páginas podrían ser vistas por cualquiera. Además, es evidente el riesgo de derrochar energías y tiempo lo que para todos supone atender la inmediatez que producen este tipo de redes. Pueden crear una peligrosa dependencia-necesidad-obligación artificial de ser “oído” o “reconocido” inmediatamente por otros. ¡Cada uno deberá medir sus posibilidades y que libremente decida! Lo mismo se puede decir de los blogs que demandan atención permanente las 24 horas al día, como si de un indefenso y preciado ser vivo se tratase. Tengamos presente que para nuestro descanso, crecimiento y salud necesitamos momentos de afecto-silencio-intimidad-amistad-tertulia que nos ayuden a amortiguar el excesivo "ruido informativo ambiental". Siempre que no nos distorsione de las principales responsabilidades familiares, laborales, de amistad, de una profunda preparación profesional, adelante con Facebook. Las redes sociales vía Internet son un medio estupendo, pero nunca un fin. Es muy oportuno que nos interroguemos sobre ello y que compartamos reflexiones e inquietudes con los más jóvenes, en un clima de confianza y transparencia. Y, a la vez, hemos de evitar los perjuicios que para un equilibrado desarrollo comportan el individualismo y la falta de mesura en las relaciones personales. Podremos disfrutar más de esta sociedad nuestra “tan moderna” y hacer un gran bien a los demás si nos ejercitamos en un uso realmente libre, sensato y responsable de Internet. Por eso, depende de los contenidos que seamos capaces de generar con ellas, las redes serán estupendas. O, al contrario, dificultarán el desarrollo personal y social. Y es aquí que vuelvo a hablarles de educación, pues padres, educadores, políticos, formadores de opinión, todos de una manera u otra, es preciso que tengamos en cuenta la globalización y las nuevas tecnologías como elementos necesarios a los que acogerse y vincularse, con creatividad y sin prejuicios. No pongamos puertas al campo, pero sí será preciso evitar el ruido de los “portazos” incomunicadores que cualquier adicción –incluso la de engrosar la cantidad registrada de amigos en red- podría suponer para una buena convivencia o para la mejora humana y profesional de cada uno de nosotros. Nos es preciso avanzar mucho en la capacidad de reflexionar con tino, sin autoengaños. Hemos de estar alerta ante pulsiones exageradas y sentimentalismos inmovilizadores o autocomplacientes. Y es que al preguntar a hombres y mujeres jóvenes qué les hace realmente felices, contestan mayoritariamente que la armonía de las relaciones familiares, de amistad y de pareja. Pues ¡ea!, para conseguirlo necesitamos una importante “dosis” de presencia; un sincero, cotidiano y, por qué no, apasionado “tête-à-tête”. Como dice el refrán castizo: “El roce hace el cariño”. Y no me salgo del tema al recordar que nuestros jóvenes se reconocen, con desagrado, consumistas, egoístas y poco comprometidos. Pues tengamos eso en cuenta, ya que sus inseguridades y miedos ante imposiciones, manipulaciones y situaciones de crisis, sólo se pueden superar aprendiendo a “vivir-con”, no sólo a “vivir-junto”. Para ello nos hemos de ejercitar todos en unas relaciones sociales, socialización grupal básica, más solidarias, que no olvidemos tienen su fundamento primigenio en la familia. Así, con medios modernos o tradicionales, el dinamismo humano y la creatividad estarán siempre presentes. Sea como sea, que en este nuevo año 2009 sepamos sacar buen partido al tiempo y energías que nos quedan por delante. Y recordemos que no toda la realidad de nuestra vida es la que pasa por la red. Ni muchísimo menos. Animemos a nuestro alrededor el hábito de pensar, argumentar y razonar; ejercitemos el buen humor y el respeto; tengamos la felicidad de los demás como objetivo real y concreto. Que a eso lleguemos todos, en la red más rápido y de más formas, con la idea clara del inefable e íntimo valor de cada persona.
Ya comprobamos en las diversas circunstancias de la vida que el hecho de tener información no es suficiente, interesa saber administrarla de forma adecuada y no sólo para el propio provecho, si es que buscamos el bien común y el progreso real de este mundo nuestro. El caso es que las redes sociales permiten a los usuarios fijar límites para que sólo ciertas personas puedan ver sus páginas, pero pocas veces se usan. Tan es así que muchos admiten haber caído en cierto exhibicionismo pues no tenían ni idea de que sus páginas podrían ser vistas por cualquiera. Además, es evidente el riesgo de derrochar energías y tiempo lo que para todos supone atender la inmediatez que producen este tipo de redes. Pueden crear una peligrosa dependencia-necesidad-obligación artificial de ser “oído” o “reconocido” inmediatamente por otros. ¡Cada uno deberá medir sus posibilidades y que libremente decida! Lo mismo se puede decir de los blogs que demandan atención permanente las 24 horas al día, como si de un indefenso y preciado ser vivo se tratase. Tengamos presente que para nuestro descanso, crecimiento y salud necesitamos momentos de afecto-silencio-intimidad-amistad-tertulia que nos ayuden a amortiguar el excesivo "ruido informativo ambiental". Siempre que no nos distorsione de las principales responsabilidades familiares, laborales, de amistad, de una profunda preparación profesional, adelante con Facebook. Las redes sociales vía Internet son un medio estupendo, pero nunca un fin. Es muy oportuno que nos interroguemos sobre ello y que compartamos reflexiones e inquietudes con los más jóvenes, en un clima de confianza y transparencia. Y, a la vez, hemos de evitar los perjuicios que para un equilibrado desarrollo comportan el individualismo y la falta de mesura en las relaciones personales. Podremos disfrutar más de esta sociedad nuestra “tan moderna” y hacer un gran bien a los demás si nos ejercitamos en un uso realmente libre, sensato y responsable de Internet. Por eso, depende de los contenidos que seamos capaces de generar con ellas, las redes serán estupendas. O, al contrario, dificultarán el desarrollo personal y social. Y es aquí que vuelvo a hablarles de educación, pues padres, educadores, políticos, formadores de opinión, todos de una manera u otra, es preciso que tengamos en cuenta la globalización y las nuevas tecnologías como elementos necesarios a los que acogerse y vincularse, con creatividad y sin prejuicios. No pongamos puertas al campo, pero sí será preciso evitar el ruido de los “portazos” incomunicadores que cualquier adicción –incluso la de engrosar la cantidad registrada de amigos en red- podría suponer para una buena convivencia o para la mejora humana y profesional de cada uno de nosotros. Nos es preciso avanzar mucho en la capacidad de reflexionar con tino, sin autoengaños. Hemos de estar alerta ante pulsiones exageradas y sentimentalismos inmovilizadores o autocomplacientes. Y es que al preguntar a hombres y mujeres jóvenes qué les hace realmente felices, contestan mayoritariamente que la armonía de las relaciones familiares, de amistad y de pareja. Pues ¡ea!, para conseguirlo necesitamos una importante “dosis” de presencia; un sincero, cotidiano y, por qué no, apasionado “tête-à-tête”. Como dice el refrán castizo: “El roce hace el cariño”. Y no me salgo del tema al recordar que nuestros jóvenes se reconocen, con desagrado, consumistas, egoístas y poco comprometidos. Pues tengamos eso en cuenta, ya que sus inseguridades y miedos ante imposiciones, manipulaciones y situaciones de crisis, sólo se pueden superar aprendiendo a “vivir-con”, no sólo a “vivir-junto”. Para ello nos hemos de ejercitar todos en unas relaciones sociales, socialización grupal básica, más solidarias, que no olvidemos tienen su fundamento primigenio en la familia. Así, con medios modernos o tradicionales, el dinamismo humano y la creatividad estarán siempre presentes. Sea como sea, que en este nuevo año 2009 sepamos sacar buen partido al tiempo y energías que nos quedan por delante. Y recordemos que no toda la realidad de nuestra vida es la que pasa por la red. Ni muchísimo menos. Animemos a nuestro alrededor el hábito de pensar, argumentar y razonar; ejercitemos el buen humor y el respeto; tengamos la felicidad de los demás como objetivo real y concreto. Que a eso lleguemos todos, en la red más rápido y de más formas, con la idea clara del inefable e íntimo valor de cada persona.
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